¿Es rentable invertir en Numismática?

GeneralInversiónMercado Numismático
¿Es rentable invertir en Numismática?

Más allá del lado romántico del coleccionismo, hay quien se acerca a la numismática como un valor seguro de inversión, o incluso en ocasiones se produce una mezcolanza de ambas perspectivas.

Es decir, el coleccionista experimentado, dedica bastante tiempo al estudio, y sabe comprar con cabeza, canalizando su ahorro hacia la numismática.

«Son ahorros que producen satisfacción y que disfrutas a lo largo de los lustros» diría un coleccionista; «Sabes que están ahí, y en caso de urgencia puedes recurrir a ellos».

No sólo se acude a este tipo de inversión en tiempos de crisis económica, considerándola una inversión refugio, aunque es cierto que en estas épocas asemeja que «el coleccionismo aumenta».

Se dice que es una inversión conservadora, que quizás no genera beneficios rápidos como las acciones, por ejemplo, pero que no conlleva tantos riesgos, ya que hay menos oscilación de precios a corto plazo, siendo la tendencia a largo plazo alcista. Al final, nos hacemos con objetos sólidos que, a largo plazo, aumentan su valor.

Principales ventajas del coleccionismo de monedas

Una de las ventajas de comprar monedas es que se trata de una inversión muy líquida si la comparamos con otro tipo de inversiones en bienes (esculturas, cuadros, coches de lujo, etc.). Como hay tantos coleccionistas en todo el mundo, si queremos vender nuestras monedas, enseguida encontraremos quién las compre, o sea que se transforman en dinero líquido en un santiamén.

Por otra parte, no dependemos de bancos, de gestores, de empresas financieras… Nuestra colección está a buen recaudo en nuestra casa, para echar mano de ella cuando se nos antoje, sin intermediarios. Eso sí, si ya empieza a ser de categoría, lo recomendable es guardarla en una caja fuerte y contratar un seguro especializado; en caso de venta, un intermediario de confianza, como una Casa de Subastas, será necesario para llegar a un público comprador más extenso.

El transporte y mantenimiento tampoco es muy aparatoso, no se trata de un cuadro de 2×2, podemos llevar nuestra inversión encima sin que nadie se entere.

Además, hay que tener en cuenta que la compra de moneda, a priori, no está gravada con impuestos. En este caso depende del tipo de metal que contenga, procedencia nacional o extranjera, y su antigüedad. Es imprescindible solicitar siempre factura, y la numismática normalmente está sujeta a REBU, no IVA.

Son bienes que no necesitan ser registrados, es decir, como propietarios somos anónimos, aunque ello no quiere decir, que cuando es de cierta entidad, sea obligatorio declararlo debidamente a la hora de testarlo a nuestros descendientes. De igual forma una compra-venta. Es decir, la venta de monedas, debe declararse en nuestra renta, y si genera una plusvalía, pagaremos los impuestos debidos.

Para iniciarse: Adquirir conocimiento. El contradictorio mundo de monedas de colección o conmemorativas

Se ha dicho que una manera fácil de coleccionar en monedas es adquirir las que emiten los gobiernos especialmente para ello: los bullion y las monedas de colección. Los bullion son monedas acuñadas en metal precioso, que no se cotizan por su valor nominal sino por el material del que están hechas; es decir, su valor debiera estar muy ajustado al valor del metal…. con lo que ojo, revisemos el valor del metal antes de comprarlas.

La ventaja frente a comprar lingotes de oro está en que no necesitan ser ensayadas para verificar su pureza cuando son vendidas. En España se ha difundido la falsa noticia de la primera moneda bullion de oro en 2021, la moneda “Lince Ibérico”, de la que se lanzaron 12.000 ejemplares. Acaso se han olvidado de las primeras series conmemorativas de la FNMT de 1989, el ECU, y mucho antes la que los comerciantes consideran el bullion europeo del siglo XIX, antes incluso de la instauración de la Unión Monetaria Latina (antecedente de la Unión Económica Europea) para el caso español: alfonsinas e isabelinas.

La FNMT también saca regularmente las llamadas monedas de colección. Están hechas de metales usuales, pero con acabado especial, y otras con metal precioso, y su emisión obedece a la conmemoración de un acontecimiento cultural, deportivo o político (hay series dedicadas a pintores españoles, a copas mundiales de fútbol, o al Xacobeo, por ejemplo). Se lanzan en series limitadas, en una caja de madera muy bien presentadas, y destacan por su diseño. El problema es que el Gobierno las vende a precio muy por encima de su contenido metálico.

Otro tipo de monedas conmemorativas son las de 2 euros, estas ya de curso legal y en circulación (aunque con alguna acuñación especial Proof), que se diferencian por tener acuñada una cara distinta y por tener un límite máximo de emisión. Cada estado de la Unión Europea puede lanzar dos al año, excepcionalmente, tres. Están dedicadas a algún acontecimiento o personalidad. La primera que emitió España fue dedicada al IV centenario de la primera edición de El Quijote.

Coleccionismo de monedas históricas

En realidad, cuando hablamos de numismática, normalmente nos referimos a la colección de monedas históricas. Aquí estamos hablando de un mercado de fácil acceso y con mucho movimiento, ya que hay un montón de gente aficionada en todo el mundo. Por eso mismo lo más importante, antes de gastarse un céntimo, es documentarse a fondo acudiendo a fuentes fiables y trabajar siempre con profesionales, comprando y vendiendo en tiendas especializadas o en casas de subastas para evitar timos. Y, por descontado, siempre con una factura que refleje nuestra transacción.

Las monedas históricas son las que son, no se pueden fabricar más, quitando las falsificaciones, claro, es decir, la oferta es la que es, con lo que, con el aumento de demanda, aumenta también el precio. Desde luego, a la hora de coleccionar, es importante hacerse con piezas auténticas y con un alto grado de conservación. Las más demandadas grosso modo son las más grandes y en mejor estado. Aunque parezca mentira, puede tener más valor un duro de un determinado año en buen estado que un denario romano del montón.

Una inversión con muchos tipos de retorno

Al asomarnos a este mundo, aunque nuestro motivo inicial fuera meramente económico, a poco que nos atraiga la historia, quedamos atrapados en él. Si este es el caso, nos costará deshacernos de nuestras mejores monedas por mera especulación. La ventaja es que al final compondremos una buena colección. Y esta es una inversión segura, tanto espiritualmente como económicamente.

Por otro lado, si el objetivo es ganar dinero, hay que gastar dinero, pero tras haber adquirido experiencia durante años, comprando monedas valiosas y de alta demanda, orientando nuestras adquisiciones más hacia la calidad, es decir, se revalorizará más una moneda histórica relativamente común en una altísima calidad que una muy rara en una conservación mediocre.

Dicen que lo seguro es que nunca se pierde, pero no es cierto, todo depende del estudio previo ya comentado en tantas ocasiones. Es decir, comprando a precio de mercado, con mesura, sin dejarse llevar por las pasiones, y centrándonos siempre en la calidad, iremos acopiando en el tiempo una colección de alta importancia, cuya inversión la podemos recuperar en cualquier momento, siendo lo más probable sacarle una rentabilidad interesante.

Como cualquier otro mercado, sufre de ciclos. Momentos en los que un tipo de monedas están muy altos, otros en los que la demanda baja. No podemos pretender ganar dinero cuando hemos comprado por ejemplo un real de a 8 en un ciclo muy alto, y querer venderlo en un momento en el que el ciclo está bajo. En este caso más vale esperar.

Menú